La consideración de la santidad de Mónica en todas sus facetas será la fuente de inspiración para toda Madre Cristiana afiliada a la Asociación.

 

25        Según esto, la organización concreta de esta Comunidad de Madres Cristianas se realiza a base de los «Coros de Oración», compuestos por siete madres de familia.

¿Qué significa «Coro de Oración«?

Es la agrupación de siete madres cristianas que se inscriben en un padrón y forman como una célula viva de la Asociación. ¿Por qué siete? Porque cada una elegirá un día de la semana, el que le parezca mejor, a fin de realizar ese día la oración por los hijos de una manera especial.

Los estatutos establecen que se desplace al templo para visitar al Santísimo, o participar en la misa, rezando en un momento dado ante el Señor Sacramentado la oración por los hijos que todos los días reza en su casa o en otro lugar.

O sea, que ese día le corresponde a ella asegurar la oración intensiva y constante por los hijos, en nombre de las integrantes de su coro. Es «su» día. Le pertenece. En él plasmará de manera especial su compromiso en la Comunidad, y su amor a los hijos propios y ajenos.

La conformación de los Coros de Oración se inspiran en el Evangelio: «Si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre se la dará».

La oración de intercesión hecha en favor de los hijos une a las madres en una especie de «cadena de oración», comunitaria e ininterrumpida. Así las peticiones son incesantes y se revisten del poder de la perseverancia. 

26        De esta manera, las siete madres forman un coro de almas orantes, anticipo del coro que formaremos todos como Iglesia en la Jerusalén celestial. A través de Santa Mónica, las madres cristianas se unen al coro de los santos.

Ellas forman un coro de orantes unidas espiritualmente a sus hijos aquí en la tierra con la esperanza y la seguridad, que proporciona la fe, de que un día alabarán con sus propios hijos a Dios en el cielo formando con ellos un solo coro de alabanzas y glorificación de Dios.

Para las madres creyentes, alimentar esa esperanza es la razón de sus vidas: como dadoras de vida natural y sobrenatural.

San Agustín dirá de su madre Mónica que daba a luz a sus hijos en el plano de la fe cuantas veces se alejaban de Dios. «Había criado a sus hijos, alumbrándolos tantas veces cuantas les veía apartarse de ti» (Conf. 9, 9, 22).

Esa «maternidad espiritual» daba sentido a la vida de Mónica. Por eso, cuando Agustín se bautizó y le confesó su deseo de consagrarse para siempre a Dios, santa Mónica entendió que su vida había llegado al final, a su máximo desarrollo, a su plenitud. Ya no tenía sentido.

¿Qué hago ya aquí en la tierra, qué pinto ya en este mundo, si Dios me ha dado incluso más de lo que pedía para mi hijo, pues no sólo me lo ha devuelto bautizado sino consagrado totalmente a Él?

27        ¿Quién es la responsable del Coro de Oración?

De las siete madres que componen el coro, se nombra una que es como la responsable o animadora del grupo: es la «miembro-enlace» del coro. Ella se encargará de que el Coro de Oración se mantenga unido, visitándose entre ellas, compartiendo las preocupaciones, etc.

Por lo general, las integrantes del grupo se conocen entre ellas. No están obligadas a reunirse. Pero ellas son libres para hacerlo si lo consideran conveniente y con la frecuencia que les parezca. 

La responsable del coro o enlace se encarga de comunicarse con el asesor espiritual y la coordinación central. Además procurará que el coro sea misionero, que capte nuevas candidatas para formar nuevos coros.  

Este es precisamente otro compromiso de las Madres Cristianas: compartir con otras madres la solicitud por sus hijos y multiplicar los coros de oración entre sus parientes y amistades.

Recuerda: «Mientras te relaciones con una sola madre todavía no asociada, te queda una madre que ganar para que pida por la fe de los hijos de todas las madres, como ya lo haces tú».   

28        Finalmente, el compromiso fundamental de las Madres Cristianas Santa Mónica consiste en conocer cada día mejor la vida de Santa Mónica y en seguir los ejemplos de vida cristiana y familiar que nos dejó a todos, pero en particular a las madres y esposas.

Santa Mónica llegó a la santidad siendo fiel a su condición de esposa y de madre hasta lograr la conversión de su esposo Patricio y el bautismo de su hijo Agustín y su consagración definitiva a Dios como monje y después como sacerdote y obispo.

La consideración de la santidad de Mónica en todas sus facetas será la fuente de inspiración para toda Madre Cristiana afiliada a la Asociación. En ese modelo, la Madre Cristiana encontrará el tesoro escondido del Evangelio acomodado a su peculiar situación. 

Por tanto, es obligación y a la vez descanso de toda Madre Cristiana leer y meditar aquellos escritos que nos hablan de la vida y ejemplos de santa Mónica, comenzando por las Confesiones que escribió su propio hijo ya convertido, san Agustín.

Estos textos son encomiables e incomparables. Sin embargo, la Asociación ofrece también otros folletos y libros que tratan de Santa Mónica con muy diferentes enfoques.

Junto a estas fuentes primeras para la formación en la fe, las Madres Cristianas necesitan profundizar en la espiritualidad de la familia, el matrimonio dentro del misterio cristiano, la maternidad espiritual, el poder de la oración de intercesión, el rostro materno de Dios, y otros semejantes.

La Sagrada Escritura debe constituir una referencia permanente en su oración, su compromiso y el estudio o formación en la fe.

NOTA: Esta y las demás entradas seriadas reproducen el contenido de un folleto que escribí en la década de los noventa en Perú. Entonces pretendía recoger y a la vez divulgar, en forma de catecismo, los orígenes y la espiritualidad de las Madres Cristianas Santa Mónica fundadas por el P. Lorenzo Infante, oar.

Si ahora publico por entregas aquel escrito es con la intención de consolidar la formación en la fe y en el carisma oar de las Madres Cristianas Santa Mónica, ofreciéndoles la posibilidad de compartir experiencias, actualizar algunos temas y recoger cualquier inquietud que consideren de interés. Espero, por tanto, sus observaciones y aportaciones. Dios me las bendiga.