Madres Cristianas Santa Mónica

 

  1. ¿Qué es la Comunidad de Madres Cristianas Santa Mónica?

Es una Asociación reconocida por la autoridad eclesiástica, una organización de madres cristianas cuya finalidad es netamente religiosa y está puesta bajo el cuidado, la guía y la espiritualidad de la Orden de Agustinos Recoletos.

  1. ¿Cuál es su finalidad?

Primero: Unir a los miembros mediante el nexo específico de la práctica de la fe cristiana católica. Para ello trata de proporcionar a sus afiliadas una formación continua y progresiva como madres de fe.

Segundo: Orar para mantener viva la fe católica de los hijos propios y ajenos; y así lograr que los hijos, firmes en la fe y en su práctica cristiana, sepan transmitirla a todas las personas y ambientes sobre los que puedan influir.

  1. ¿Dónde se inspira?

Se inspira en la Espiritualidad de la Familia Agustiniana, que consiste en Vivir el Evangelio según el estilo de San Agustín. Al hablar de San Agustín, hay que referirse necesariamente a Santa Mónica, pues sin la “Madre” Santa Mónica, no tendríamos al hijo “Agustín”.

Por tanto, ambos pertenecen a una misma familia entretejida con lazos de sangre y de fe, desde el principio hasta el fin. Sería una injusticia separarlos. Su santidad se construyó en familia y su herencia carismática involucra a la familia cristiana en toda su belleza y esplendor de acuerdo con el designio divino.

Santa Mónica constituye el camino más directo por el que Agustín llega a conocer a Cristo y a vivir el Evangelio. El mismo San Agustín la presenta ante todas las madres como la madre de la bondad y del heroísmo cristiano. Igualmente, la familia agustiniana, a lo largo de la historia, la ha propuesto como modelo para todas las esposas y madres cristianas.

  1. ¿Quién inició esta devoción y organizó la Asociación de las Madres Cristianas Santa Mónica?

La inició el Padre Lorenzo Infante (1905–1997), religioso agustino recoleto de la provincia de San Nicolás y residente en Madrid.

El P. Lorenzo, movido por su propia experiencia pastoral, quiso recoger y potenciar esa espiritualidad tradicional en la familia agustiniana para que redundara en bien de las madres y esposas que desean ser fieles a su vocación formando familias auténticamente cristianas.

El Padre Lorenzo, a partir del año 1976, se dedicó al apostolado en la Parroquia de Santa Rita de Madrid; durante ese tiempo fue gestándose lo que hoy se conoce como Asociación de Madres Cristianas Santa Mónica.

Los primeros Coros se organizaron entre las hermanas terciarias en 1982, y cuatro años más tarde, autorizado por el Padre Provincial, solicitó al arzobispo de Madrid, Cardenal Ángel Suquía, la aprobación de los estatutos de la Comunidad de Madres Cristianas Santa Mónica.

Así mismo, solicitó que la erigiese canónicamente como Asociación Pública de fieles. Su respuesta no se hizo esperar, y finalmente el 6 de noviembre de 1987 salió el decreto de erección.

  1. ¿Dónde comenzó a funcionar esta Asociación? ¿Quién la fundó?

El P. Lorenzo organizó los coros y llevaba un archivo en la Parroquia de Santa Rita. Más tarde la oficina central funcionó en la curia de la Provincia de San Nicolás en Madrid, por muchos años, casi hasta la actualidad.

Al principio comenzó en los ministerios de la provincia de San Nicolás en España, sobre todo, y después se extendió prácticamente a todas las provincias. La Asociación se ha difundido rápidamente en muchas comunidades parroquiales o educativas dirigidas por los Agustinos Recoletos no sólo en España sino también en el extranjero: Hungría, Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Argentina, Paraguay, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Venezuela.

Los superiores de la Orden han dejado a la iniciativa y libertad de los religiosos la fundación y organización de la Asociación en los diversos ministerios. De ahí que exista diversidad en el funcionamiento de la Asociación.

  1. ¿Por qué se origina esta devoción?

Actualmente vivimos en la era del consumismo, y los hogares se encuentran fuertemente amenazados por la increencia, el materialismo práctico y el laicismo.

La fe de los hijos es constantemente bombardeada por la anticultura de la muerte. Y de manera frontal amenazada por las corrientes modernas destructoras de la familia y combativas de la fe cristiana, porque ellas propagan el individualismo y el ateísmo práctico de una manera despiadada y descarada.

De ahí que muchos adolescentes y jóvenes van perdiendo poco a poco la fe y la práctica religiosa conforme van avanzando en los estudios o en su inserción laboral o social. Y los padres cristianos, sobre todo las madres, no están dispuestos a que la semilla de la fe que ellos han sembrado se malogre o no dé fruto.

Es por ello que toda la Iglesia, pero sobre todo las esposas y madres deben ser las promotoras de la renovación espiritual de las familias garantizando la transmisión de la fe a las nuevas generaciones, a sus hijos y nietos. Los últimos papas, sobre todo, el Papa Francisco han señalado a las madres y abuelas como las primeras catequistas de sus hijos y nietos.

  1. ¿Quiénes pueden ingresar?

Las Madres biológicas, viudas y abuelas, que tengan hijos o que hayan adoptado hijos.

Las Madrinas, quienes hacen las veces de madre.

Las Madres solteras que tienen probidad moral y desean formarse en la fe cristiana y católica.

Las Madres convivientes, las divorciadas o separadas vueltas a casar o no, pues éstas son con frecuencia las que más sufren por su situación y las más necesitadas de la oración; y que deseen ser evangelizadas, o muestren cierto interés. (Estos casos deben ser tratados con mucha prudencia y caridad. Antes de ingresar a la Comunidad, se recomienda que tengan una entrevista personal con el asesor espiritual para asegurar un verdadero cambio de vida personal y familiar).

Junto a todo esto, se pide que las madres quieran vivir de manera comprometida su fe católica. Deben tener un deseo sincero de conversión permanente, de crecimiento en la fe y de sincero compromiso cristiano, sobre todo, en la vida familiar.

  1. ¿Se exige algún compromiso? Se exigen estos compromisos:

Que recen diariamente por la fe de los hijos propios y ajenos, valiéndose de las oraciones debidamente aprobadas.

Que recen de una manera especial, a ser posible ante el Santísimo Sacramento, la oración por la fe de los hijos el día de la semana que cada madre haya elegido a la hora de constituir el coro de oración.

Que recen y actúen como esposas y madres cristianas sobre todo el día de la semana que le ha sido asignado a cada una en su coro de oración.

Que deseen profundizar su fe, formarse más en la comprensión de la misma y ponerla en práctica en su vida privada, personal y sobre todo familiar.

Que conozcan cada día mejor la vida de Santa Mónica y sigan los ejemplos de vida cristiana y familiar que nos dejó a todos, pero en particular a ellas, como madres y esposas.

Que cada afiliada, según sus posibilidades, participe en la misa de los 27 de cada mes en honor de Santa Mónica, y en las reuniones o actividades que se programen en su coro, comunidad, o parroquia.

  1. ¿Quiénes son las primeras Promotoras de este apostolado? 

En primer lugar las madres de familia pertenecientes a la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta, como partícipes del carisma agustiniano y promotoras del mismo en la Iglesia. Cada una de las afiliadas y sobre todo las responsables de los coros deben divulgar esta devoción a otras madres, promoviendo con gran celo y entusiasmo esta labor de Evangelización de las madres de familia y esposas.

  1. ¿Cómo se constituye y se organiza esta Asociación?

La organización concreta de esta Comunidad de Madres Cristianas se realiza a base de “Coros de Oración”; cada coro está compuesto por siete madres de familia, de manera que cada una elegirá un día de la semana, el que le parezca mejor, a fin de realizar entre las siete madres una oración ininterrumpida por los hijos propios y ajenos.

Se recomienda que en el día elegido de la semana, la interesada se desplace al templo para visitar al Santísimo y rezar ante el Señor Sacramentado la oración por los hijos que todos los días reza en su casa o en otro lugar. Ese día, ella es la responsable de que la cadena de oración no se interrumpa, sino que se intensifique.

Aunque las integrantes de los coros no tienen obligación de reunirse con frecuencia, es conveniente que se conozcan entre ellas e incluso que vivan cerca unas de otras. De las siete madres que componen el coro, una de ellas se constituye responsable o animadora del grupo y libremente asume esa misión. Se le suele llamar “enlace”.

Se recomienda el uso de algún medio de comunicación entre ellas que sea fácil, rápido e integrador. Estamos usando la aplicación WhatsApp en algunas partes. (En algún lugar se ha ensayado esta organización: De la agrupación de siete coros surge una Comunidad de coros, que es dirigida por una de las siete responsables de coro, y a quien se le denomina “Coordinadora de Comunidad”).

  1. ¿Y sobre los esposos y padres y otras situaciones familiares?

Lo ideal es que los esposos y padres recen junto a la esposa por su mutua relación de cónyuges y por la fe de sus hijos. Pues si los padres practican la fe pueden apoyarse mutuamente como esposos reconciliados, y los hijos recibirán un mayor ejemplo y estímulo que les arrastrará irresistiblemente hacia Dios y les facilitará la práctica religiosa. Existe un formulario de oración específica para cuando rezan los padres juntos.

En Argentina han surgido los “agustines”, que son padres de familia de madres mónicas que desean compartir con sus esposas esta espiritualidad y de hecho participan en las reuniones de las madres de una forma habitual y permanente. Este fruto espiritual y humano se ha recibido con mucha alegría en las comunidades donde ha surgido y con mucha integración y ejemplo para las familias.

También existe la oración de la madre gestante o de los padres que esperan familia, fruto de la opción por la vida. Finalmente y a petición de las interesadas, se imprimió la oración de la madre o abuela viuda. Estas dos oraciones han surgido como una prolongación lógica de este apostolado que desea llegar a todas las familias en sus diversas circunstancias.

  1. Para concluir:

Dios nos ha elegido como esposas y madres y nos ha encomendado a los esposos e hijos a fin de que seamos para ellos la plasmación más palpable, más cercana y directa del infinito amor de Dios hacia ellos.

¿Quién mejor que nosotras puede comprenderlos y amarlos, y por tanto rezar por ellos ante Dios día y noche, y hacerlo, no como algo añadido o pesado sino como algo espontáneo y esencial y vital en nuestra condición de esposas y de madres cristianas? ¿Y a quién escuchará Dios con más agrado que a nosotras, con todo respeto y humildad, puesto que nos los ha encomendado con la esperanza de que los cuidemos en su nombre y los llevemos siempre a él?

Esa es la meta: No sólo darles la vida a los hijos, formación en la fe y una profesión, sino también la fe, el conocimiento y el amor a Dios, que nos ha creado y nos quiere llevar al cielo para gozar con él de su gloria para siempre. Estamos llamadas a convertirnos en sacramento de Dios en nuestro propio hogar. Pues él quiere que seamos la encarnación palpable de la ternura de Dios para nuestros esposos e hijos. Él quiere salvarlos a través de nosotras, nos necesita, nos atrevemos a decir.

La inspiración de la Asociación responde a la prioridad pastoral que afecta a la Iglesia en nuestros días: Opción por la mujer, por la vida, por la familia. Esta mística arranca del ejemplo de Santa Mónica, modelo de esposas y de madres cristianas, heredado, imitado, conservado y cultivado en la orden agustina y agustino-recoleta.

Nuestra declaración:

“Mientras me relacione con una sola madre todavía no asociada, me queda una madre que ganar para que sienta su vocación de esposa y de madre cristiana, como ya lo estoy sintiendo yo por la gracia de Dios, y que comience hoy mismo, si es posible, una vida nueva personal y familiar”

Proceso de elaboración de este artículo:

Primera redacción: Luisa de Reverón. Palmira, Táchira, Venezuela. V° B° P. Ismael Ojeda, Caracas, 29 Enero, 2003

Revisado en Lima, Miraflores, Lima en agosto de 2017. Ismael Ojeda Lozano, oar. Párroco Sta. Rita de Casia. Miraflores – Lima

Revisado en Bs. Aires, Argentina, febrero de 2019. Ismael Ojeda Lozano, oar. Párroco de San José. Villa Maipú. San Martín. Bs. Aires. Argentina.

Revisado en Madrid, agosto de 2020. Parroquia Santa Mónica, Príncipe de Vergara, 87. Dirección del blog: https://ismaelojeda.wordpress.com. Ver en el blog la página, o en menú “Madres Mónicas”.

Madrid, agosto de 2020. Parroquia de Santa Mónica. Agustinos Recoletos.

Biografía de Santa Mónica en pdf