ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Aquí me tenéis, Dios mío y Padre mío, en vuestra presencia. Humildemente os pido perdón de todas mis culpas, luz y fuerza de voluntad para enmendarme y perseverar en vuestra gracia hasta la muerte. Deseo durante estos días, recordando las virtudes de san Ezequiel Moreno, enfervorizarme en vuestro servicio y en el cumplimiento de mis obligaciones. Por su valiosa intercesión os ruego escuchéis mis humildes súplicas y me concedáis bondadoso la gracia especial que os pido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

DÍA SEXTO

Una de las cosas más recomendadas por Jesucristo es la oración. Él nos dio ejemplo y nos enseñó cómo debíamos hacerla. El padre Ezequiel dedicaba cada día largas horas a la oración, especialmente ante el Sagrario. De ahí brotaban su caridad ardiente, su celo, su austeridad de vida, su fortaleza para el bien. (Pausa)

Padre nuestro, sea hoy nuestra súplica que nos enseñes a orar, nos des constancia en la oración y mucha confianza en tu misericordia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

(Pídase la gracia especial que se desee alcanzar)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

San Ezequiel Moreno, rogad por nosotros.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Padre nuestro: la oración confiada y la intercesión de san Ezequiel son para mi alma un remanso de paz y de consuelo en mis penas y trabajos. Haz que sus ejemplos me estimulen siempre hacia el bien y que no me falte nunca su protección bondadosa. Os lo pido por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Con aprobación eclesiástica