21 A pesar de ello, repetimos: las madres convivientes y las divorciadas vueltas a casar pueden ingresar a la Comunidad de Madres Cristianas Santa Mónica.
Nos alegra que los estatutos permitan acoger a estas personas tan necesitadas y que desean ardientemente ser evangelizadas.
Ellas constituyen una sincera preocupación en la Iglesia actual. La Comunidad les abre los brazos para sostener su oración por los hijos y para esperar, caminando y sufriendo junto a ellas, la solución definitiva a su problema de irregularidad matrimonial.
Aunque no comulguen ni confiesen estas madres cristianas practicarán su fe en toda la extensión de la palabra en los demás aspectos de la vida cristiana, personal y familiar. Indudablemente, se trata de casos delicados que deben ser tratados con toda prudencia y con mucha caridad.
Por eso precisamente, es conveniente que estas personas tengan, antes de ingresar a la Comunidad, una entrevista personal con el asesor espiritual para tratar la particularidad del caso y asegurar un verdadero cambio personal y familiar.
La Asociación se enorgullece de contribuir a la solución de estos casos de irregularidad que afecta a toda la Iglesia. Es una manifestación notable de la primacía del amor, nota característica del carisma agustiniano.
22 ¿A quiénes proponemos ingresar a esta Asociación?
A todas las madres de familia que lo deseen de corazón y que estén dispuestas a vivir su fe tal y como lo dejamos señalado en los puntos anteriores.
¿Es requisito para ingresar a las Madres Cristianas pertenecer a la fraternidad seglar agustina recoleta o siquiera estar comprometida en algún grupo o movimiento laical que funcione en las parroquias de los PP. Agustinos Recoletos?
De ninguna manera. La Asociación contempla un campo mucho más extenso. Pero, claro está, no puede tratarse de un campo totalmente ajeno a nuestra gente y a nuestros ministerios.
Por eso mismo, en la práctica, comenzamos la promoción de las Madres Cristianas Santa Mónica invitando, en primer lugar, a las madres de familia pertenecientes a las fraternidades seglares agustinas recoletas. Después, ellas se encargan de divulgarlo a otras madres que reúnan los requisitos arriba indicados.
De hecho, las hermanas terciarias han sido las primeras promotoras de la Asociación en nuestros ministerios, y continúan con gran entusiasmo esta labor de evangelización de las madres de familia y esposas.
Es muy probable que las actuales madres cristianas lleguen un día a ser también hermanas terciarias. Pues las Madres Cristianas trascienden con gran facilidad los entornos más inmediatos a nuestros ministerios.
23 De ahí la pregunta obvia: ¿Para ser Madre Cristiana es preciso ser feligresa de las parroquias dirigidas por los Agustinos Recoletos?
No en absoluto. Basta que tengan alguna vinculación con nuestras comunidades religiosas, parroquias, colegios, feligresías o ministerios en general…
Nosotros, como herederos del carisma agustino recoleto, debemos trasmitirlo en nuestros ministerios. Nuestros fieles tienen derecho a que se lo compartamos y ellos deben, normalmente, asumirlo. Pues Dios no suele usar medios extraordinarios para relacionarse con nosotros.
Pero nuestra propuesta no es exclusiva ni excluyente. Está abierta a todos los que tengan buena voluntad, lo necesiten y se sientan impulsados a ello por el Espíritu.
24 Sobre estas condiciones básicas, aclaraciones y requisitos, ahora vamos a exponer, de manera positiva, los compromisos de las madres que ingresan a la Asociación. ¿Cuáles son en concreto?
Aparte de la formación continua en la fe y el compromiso como mujer de fe, el principal compromiso de las Madres Cristianas es la oración diaria por los hijos propios y ajenos.
Este compromiso, según el artículo 18 de los estatutos, «se cumple así: todos los días, sana o enferma -si su enfermedad se lo permite-, a la hora que cada día ella se fije, en el hogar en que sus hijos crecen o han crecido, rezará la oración de la Comunidad por la fe de sus hijos y por la fe de los hijos de las demás madres» (de acuerdo al formulario de la oración aprobada y proporcionada a cada miembro de la Asociación)
Sigue el artículo: «Además, el día elegido de la semana y señalado en el padrón de inscripción, buscará el Sagrario a la hora y en el templo que cada semana prefiera, para rezar arrodillada ante el Señor Sacramentado la misma oración que cada día reza en su casa. Y ese día la rezará dos veces: Una, en el hogar, como siempre; otra, ante el Sembrador de la fe que pide para sus hijos».